Sed del mar
Las piedras del acantilado le causaban a Jacinto un dolor apenas soportable en las plantas de los pies, a pesar de ser un hombre de contextura robusta. Solía visitar el lugar para anestesiar sus recuerdos: se consideraba desengañado desde que su esposa se alejó de su vida con sus dos
Tres cuentos citadinos
Inocencia Profesora, mañana no vengo a la escuela porque llega la cigüeña a mi casa. Las conozco desde el nacimiento de mis ocho hermanitos. Cuando viene, vuela hasta la casita donde vivimos, arriba en las montañas de Medellín. Mamá la espera en la cama y nosotros nos quedamos calladitos hasta
Hilos de agua
Yo estaba pillando toda esa película desde mi cambuche, detrás de una columna y oía a ese pobre man llorando, rezándole a la virgen, rogándole a esos manes que no lo mataran, hasta que llega uno de ellos, un gordito y le dice: “Que va maricón, hijueputa” y tam, tam,
Circular sur
Me senté en la banca trasera después de pagar el pasaje con las últimas monedas que tenía. Siempre me llamó la atención el nombre de esa ruta de transportes: Circular Sur, porque sube y baja pasajeros mientras da vueltas y vueltas por Medellín como si fuera un carrusel infinito. El bus durante